La emergencia sanitaria por la Covid-19 virtualiza la actividad de la UVic-UCC y activa recursos para hacer frente a la pandemia

Comparte:

  • Albert Juncà: «Cada enseñanza ha estudiado las mejores adaptaciones para su caso concreto, porque tenemos asignaturas de todo tipo y algunas han implicado cambios profundos y complejos»
  • Las pruebas piloto de trabajo en línea que ya se estaban aplicando en la Universidad pasaron, de un día para otro, de la fase beta a la aplicación generalizada

La decisión de suspender todas las actividades académicas presenciales que el gobierno de la Generalidad de Cataluña tomó el 13 de marzo a raíz de la emergencia sanitaria por la Covid-19 y el posterior decreto de estado de alarma han transformado sustancialmente la actividad habitual de la UVic-UCC. Desde el primer día del confinamiento impuesto para hacer frente a la pandemia, toda la actividad docente presencial se trasladó al entorno virtual para que tanto profesorado como alumnado pudieran seguir las clases desde casa. También los profesionales de administración y servicios trabajan remotamente, garantizando que, a pesar de estar cerrada físicamente, la Universidad continúe abierta y funcionando a pleno rendimiento.

Con la docencia en línea totalmente implantada y sin fecha de finalización, el vicerrector de Profesorado de la UVic-UCC, Albert Juncà hace un balance muy positivo del proceso rápido e imprevisto que se ha llevado a cabo: «como el escenario de paro de clases presenciales se veía probable, días antes de que pasara el Rectorado ya comenzó a trabajar para afrontar la situación». Es por ello que desde el mismo día en que se anunció la suspensión de la docencia presencial, «todo el profesorado ya recibió las primeras indicaciones, que se han seguido transmitiendo vía decanatos y jefes de estudio de forma constante». Para el vicerrector ha sido esencial «que cada enseñanza haya estudiado cuáles eran las mejores adaptaciones para su caso concreto, porque tenemos asignaturas de muchos tipos, y algunas han implicado cambios profundos y complejos».

También ha sido clave la predisposición para adaptarse a la nueva situación por parte de toda la comunidad universitaria. «En general los docentes han respondido de manera modélica y trabajan para mantener la planificación académica prevista», explica el vicerrector, según el cual ahora el gran reto es afrontar una evaluación eminentemente virtual que deberá ser rigurosa, segura y garantizar la adquisición de conocimientos por parte del alumnado. En este proceso de transformación constante también ha sido clave el papel jugado por el Vicerrectorado de Ordenación Académica, que ha desarrollado protocolos, pautas y documentación didáctica diversa para orientar a los docentes en el nuevo contexto académico no presencial. En el mismo sentido, también han creado materiales, espacios de apoyo didáctico y formaciones o foros de orientación digitales periódicos la responsable de Innovación del Campus Manresa y la Unidad de Apoyo a la Docencia del Campus Vic.

«Los docentes han respondido de manera modélica y trabajan para mantener la planificación académica prevista»

El esfuerzo de los equipos docentes y del alumnado para adaptarse a la nueva realidad también ha requerido la implicación de la mayoría de áreas de administración y servicios. En el caso del campus Manresa, los departamentos de Gestión de Personas, de Sistemas de Información y de Innovación Docente facilitaron el salto a la virtualización. En el caso del campus Vic, esta tarea recayó en el Área de las TIC, mientras que la de Infraestructuras y Servicios Generales se ha responsabilizado del cierre de las instalaciones físicas, el seguimiento de la salud de la comunidad y la gestión de equipamientos que trabajadores y alumnos pueden necesitar para seguir operativos. Herramientas digitales como la plataforma colaborativa Microsoft TEAMS, Zoom.us, Stream o GoToMeeting se han convertido en la clave de la relación diaria entre todos los miembros de la comunidad, tanto para llevar a cabo la actividad docente como para hacer reuniones y videollamadas, gestiones y compartir información.

«El coronavirus ha acelerado el proceso de adaptación a unas herramientas digitales que ya hace meses que teníamos en fase piloto»

«El hecho de que la Universidad estuviera ya un 80% informatizada antes de la situación excepcional nos ha ayudado mucho», dice Joan Busquiel, director del Área de las TIC de la UVic, según el cual «el coronavirus no ha hecho más que acelerar el proceso de adaptación a unas herramientas que ya hacía meses que estudiábamos y que teníamos en fase piloto, no pensando en un confinamiento, sino en facilitar el teletrabajo y la conciliación de la vida laboral y familiar de las personas». En el caso del campus Manresa, por ejemplo, desde enero ya estaba activa una prueba piloto de teletrabajo que el confinamiento ha obligado a generalizar. Las áreas de Gestión de Personas se han encargado de acompañar a los equipos en la gestión de este cambio y proceso adaptativo, y han elaborado guías con recomendaciones organizativas y técnicas para teletrabajar y al mismo tiempo tomar medidas preventivas y de salud en el teletrabajo.

Un caso paradigmático ha sido el de la Facultad de Medicina, que ha afrontado el confinamiento con dos retos añadidos: por un lado, el formato particular de sus asignaturas, que se imparten secuencialmente, con un temario denso, una agenda muy apretada y un gran número de docentes implicados y, por otra parte, el hecho de que el 90% del profesorado de la Facultad son profesionales que trabajan en centros sanitarios donde han visto desbordada su carga de trabajo habitual. En su caso, desde el primer día las clases han continuado siguiendo escrupulosamente el calendario previsto, y adaptando al contexto virtual las actividades de laboratorio, de análisis de casos clínicos y de prácticas, con muy pocas excepciones.

«Asignaturas secuenciales y docentes en los centros sanitarios, principales retos de la Facultad de Medicina en la docencia en línea»

Para el vicerrector de Profesorado, «a la satisfacción por haber sabido hacer esta adaptación de forma rápida y minimizando las incidencias, se añade la incertidumbre de este momento que vivimos y que es tan cambiante». Afrontar por primera vez una evaluación casi 100% en línea, un calendario de Selectividad y de matriculación de estudiantes de primer año diferente y tardío y la duda de cómo se podrán ejecutar algunas prácticas y actividades docentes que requieren presencialidad son algunas de las incertidumbres que el paso de las semanas y los meses irá resolviendo. Según Juncà «esta experiencia habrá servido para explorar un mundo que todavía no conocíamos lo suficiente, el virtual, para sacudirnos los miedos que nos generaba y para aprender qué nos ha sido útil y qué no, para que en un futuro los recursos de la docencia en línea puedan ser un muy buen complemento de la presencial».

«Nos habremos sacudido miedos que el mundo virtual nos generaba: en el futuro los recursos en línea serán un buen complemento a la presencial»

Docentes y estudiantes de último año de Enfermería entran en los hospitales

La emergencia sanitaria provocada por la Covid-19 ha hecho volver a la primera línea de la atención sanitaria docentes de los grados en Enfermería de la UVic-UCC, tanto del campus Vic como del campus Manresa, que hacía años que no se dedicaban a la práctica profesional. También han entrado a trabajar en los hospitales estudiantes de último curso del grado en Enfermería, mientras que otros docentes del ámbito sanitario que combinan la actividad académica con la clínica han ampliado esta segunda dedicación sin que la primera se vea afectada.

Este es el caso de Marina Mateo, doctora en Enfermería de la Facultad de Ciencias de la Salud de Manresa que, a raíz de la pandemia, se ha reincorporado a su antiguo puesto de trabajo en la UCI del Hospital San Juan de Dios de la Fundación Althaia. Explica que lo que más le sorprendió al volver al hospital fue «el silencio de los pasillos». «Somos una cultura mediterránea y nuestros hospitales son ruidosos, pero ahora sólo se oyen las enfermeras», dice Mateo, y añade: «también vi el miedo en los ojos del primer paciente que tuve: miedo de preguntar, de decir, de hablar... los enfermos no preguntan. Teníamos una sala de espera llena de enfermos y nadie decía nada».

Marina Mateo: «el silencio en los pasillos y ver el miedo en los ojos de los pacientes es lo que más me ha impresionado de mi regreso al hospital»

Montse Soler, doctora en Enfermería, combina la docencia en el campus Manresa con su trabajo como enfermera del SEM. Asegura que, a pesar de haber trabajar siempre en urgencias y haberlas visto de todos los colores, nunca había vivido una situación como esta. «Trabajamos con EPI, mono, mascarilla y gafas que no te dejan ni ver ni respirar bien, y que te llagan en la cara; tenemos psicosis de tocar nada, de irnos del hospital duchados y con ropa limpia para no llevar el virus a casa, y de estar apartados al máximo de la familia para no contagiarles», relata Soler, para quien las jornadas son «agotadoras e intensas y con unas condiciones que no son las óptimas».

En el campus Vic, varios docentes de la Facultad de Ciencias de la Salud y del Bienestar se han adherido de forma voluntaria a la llamada hecha por el Consorci Hospitalari de Vic (CHV). Algunos, como es el caso de Montse Faro y de Olga Isern, hacía décadas que no ejercían, y por ello volver a entrar en un hospital como profesionales de la salud ha sido un reto. En el caso de Olga Isern, hacía 20 años que no tenía pacientes a su cargo en la Unidad de Cuidados Intensivos, precisamente del entonces Hospital General de Vic. «Aunque la situación es muy dura, y volver a la primera línea de la UCI me ha impresionado mucho, el compañerismo de estos días es increíble», dice Isern.

Olga Isern hacía 20 años y Montse Faro 30 que no tenían pacientes a su cargo en UCI o centros hospitalarios

El reto, explica, ha sido doble: por un lado, ha sido necesario renovar y actualizar ciertos conocimientos y procedimientos con urgencia y, por otra, la situación de saturación en el Hospital «te puede afectar a nivel psicológico». «Me temblaba la voz», recuerda, «cuando me tocó llamar a una chica que tenía tanto el padre como la madre en la UCI», dice Isern, «aunque pienses que estás preparada, la experiencia es muy difícil». En el caso de Faro, desde el año 1989, no tenía un paciente completamente a su cargo y por ello, reconoce, «la experiencia está siendo muy intensa y la responsabilidad dura».

Estudiantes, docentes y profesionales, codo con codo

Ante la emergencia sanitaria, la llamada de los centros hospitalarios se ha hecho extensiva también a los alumnos de último curso de los grados en Medicina y en Enfermería. Es por eso que los docentes de la UVic-UCC que han vuelto al trabajo clínico lo han hecho junto a estudiantes de cuarto del grado en Enfermería que, o bien ya estaban haciendo prácticas en el Hospital y se han quedado ayudar, o bien se han presentado de forma voluntaria. En el caso del alumnado, hacen turnos de 12 horas diarias en días intercalados, que combinan con las clases y con el reto añadido de realizar el trabajo de fin de grado, propio del último curso.

El alumnado voluntario de cuarto curso hace turnos de 12 horas diarias en días intercalados, que combinan con la recta final de los estudios de grado

Este es el caso de Iris Alarcon, estudiante de cuarto de Enfermería en el campus Vic, según la cual «a meses de graduarse todo es muy duro, pero como futura enfermera no podría quedarme en casa sabiendo que hay personas que nos necesitan allí, y quienes podemos ser útiles». La estudiante, sin embargo, reconoce que compaginar los estudios con estas jornadas laborales de voluntariado tan extensas y en una situación tan compleja dificulta la concentración. «Pasamos las 12 horas con las EPI puestas y salimos muy cansadas: la situación que se vive allí dentro es tan surrealista que no te lo acabas de creer».

En el caso del Campus Manresa, el 24% de los estudiantes de primer curso y el 39% de segundo se han incorporado como auxiliares, cuidadores, técnicos o celadores todo en centros sociosanitarios y residencias. Mientras que el 54% de los de tercer y el 73% de los de cuarto curso lo han hecho mayoritariamente en hospitales y centros de atención primaria.

Equipos y materiales al servicio del sector sanitario

La UVic-UCC ha puesto a disposición del sistema de salud de su entorno territorial más cercano material y equipos que se utilizan habitualmente para la formación teórico-práctica de estudiantes de ámbitos como la Salud o las Biociencias, así como para los proyectos de varios grupos de investigación.

En el caso del campus Vic, ya al inicio del confinamiento hizo una donación del material de seguridad de que disponía al Consorci Hospitalari de Vic (CHV). Los materiales procedían de los laboratorios de la Facultad de Ciencias y Tecnología (FCT), de la Facultad de Ciencias de la Salud y el Bienestar (FCSB), de la Facultad de Medicina y del Centro Tecnológico BETA.

En total se entregaron 7.000 guantes, 1.510 mascarillas quirúrgicas, 150 batas de protección desechables, 50 patucos de plástico, 5 litros de alcohol de desinfección de superficies, un mono de protección según Directiva 89/686 / EEC (RD 1407/1992 España), un mono EN ISO 13688: 2013 TP TC 019/2011 y 24 mascarillas EN 149-2001 + A1: 2009. También se pusieron a disposición los equipos RT-PCR de que se dispone, adquiridos en el marco del PECT-Osona Transformació Social. Se trata de equipos de laboratorio altamente especializados que se pueden utilizar en el proceso de diagnóstico del coronavirus.

En el caso del campus Manresa se entregaron mascarillas y se cedieron camas de hospital y respiradores, entre otros equipos. Junto con la empresa Unihàbitat, también se gestionó el traslado de 80 camas desde Sant Cugat del Vallès y Barcelona hasta el Hospital Sant Joan de Déu de Manresa. Por otra parte, el Área de Innovación e Investigación de UManresa ha coordinado diferentes agentes implicados en la producción, montaje y distribución de equipos de protección individual con la Fundación Althaia, Avinent, Eureca, la UPC Manresa y el Ayuntamiento de la ciudad.

Las instalaciones de la Clínica Universitaria se han convertido en el punto de recepción de equipos producidos con tecnología de impresión 3D hechos por personas y empresas de forma voluntaria. También aglutina el montaje de las diferentes piezas y componentes, ya que ofrece un entorno seguro e higiénico y cuenta con equipos de protección y de esterilización. También la impresora digital de la sede de Granollers funciona sin parar produciendo material de protección para centros sanitarios del Vallès Oriental y del Maresme, y diferentes estudiantes del campus Vic se han sumado individualmente a iniciativas colaborativas con el mismo objetivo.

La UVic-UCC también ha participado activamente en la puesta en marcha de una comunidad virtual de práctica de atención a la gente mayor. Su finalidad es que las residencias de la Cataluña Central puedan formar a sus profesionales y el personal de nueva incorporación para atender las necesidades derivadas de la pandemia por Covid-19. A esta iniciativa de colaboración la Universidad ha participado a través del Campus Manresa junto con la Unión Consorcio Formación, el Consorcio de Salud y Social de Cataluña, la Fundación San Andrés Salud, el Ayuntamiento de Manresa, la Región Sanitaria Cataluña Central –CatSalut– y SAP Bages-Berguedà-Solsonès (que incluye el Moianès) del Institut Català de la Salut.

De hecho, diferentes grupos de investigación, cátedras e investigadores de la institución también participan en múltiples iniciativas, todas orientadas a estudiar y mejorar aspectos sanitarios, sociales o económicos derivados de esta crisis. Un ejemplo es el módulo específico para la Covid-19 de la plataforma Interactive Clinics, desarrollada por la unidad de Innovación e Investigación de UManresa con la compañía BitGenoma y la Universidad de Newcastle (Australia). Este recurso, que permite la identificación precoz de contagios, el seguimiento remoto de los pacientes y la atención de casos con sintomatología leve y moderada, se ha puesto a disposición del sistema sanitario de la Cataluña Central.

Maneras de hacer más leve el confinamiento

Con la comunidad universitaria dispersada, encerrada en casa teletrabajando o teleestudiando, los diferentes servicios y áreas de la UVic-UCC han puesto en marcha un gran número de iniciativas para hacer más amena la situación de confinamiento, pero también para acompañar aquellas personas que puedan necesitar apoyo en diferentes ámbitos. En este sentido, se han puesto en alerta máxima los servicios de atención psicológica, psicopedagógica y de atención a la diversidad funcional de ambos campus.

Asimismo, docentes e investigadores de ámbitos de conocimiento muy diversos comparten su experiencia con el resto de la comunidad, y con la sociedad en general, a partir de diferentes recursos, como el boletín UManresa, a prop en la distància. Este espacio incluye vídeos con recomendaciones, consejos y reflexiones en torno al confinamiento desde ámbitos tan diversos como la salud, el bienestar emocional, la alimentación, la atención de los niños, la economía, la tecnología, la comunicación o el aprendizaje de idiomas. Lo mismo hace el espacio dedicado al coronavirus de la web de la UVic, donde entre otros investigadores del Centro de Estudios en Deporte y Actividad Física ofrecen consejos para mantenerse activo desde casa, docentes del grado en Nutrición Humana y Dietética dan recomendaciones alimentarias y expertos de la Cátedra de Salud Mental aportan pautas en este ámbito.

En las redes sociales de la institución también proliferan las iniciativas, como las actividades en directo (conciertos, sesiones de actividad física y clases de yoga o de zumba entre otros) en el Instagram de la UVic y de la UManresa, o el diari de confinament, con relatos y reflexiones que diferentes miembros de la comunidad universitaria comparten sobre su día a día en el campus Manresa.

Comparte: