- Coincidiendo con el inicio de este curso académico, la Facultad de Medicina de la UVic-UCC ha puesto en marcha un Programa de Preparación para el examen MIR (Médico Interno Residente) para todo el alumnado de su grado en Medicina
- «Queremos que el alumnado conecte con la prueba con una anticipación y profundidad suficientes, y que de forma progresiva se vaya adaptando a la técnica del examen», explica Josep Arimany, presidente de la Fundación de Estudios Superiores en Ciencias de la Salud (FESS) y uno de los principales impulsores del programa
En junio del 2019 se graduaron en España 6.800 nuevos médicos y médicas que durante los seis años anteriores se habían estado formando a las más de cincuenta facultades de Medicina que hay en el Estado. Pero para estos jóvenes doctores y doctoras, el camino para ejercer su profesión aún no había finalizado. De hecho, apenas terminado el último examen del grado, se abría ante ellos un periodo de estudio intenso de prácticamente siete meses para preparar el examen MIR (Médico Interno Residente) que se lleva a cabo anualmente cada mes de enero. En esta última convocatoria se presentaron 12.162 aspirantes (entre recién graduados en España, fuera y repetidores que intentaban mejorar su calificación) que se repartieron las 7.152 plazas disponibles. Obtener una da luz verde a incorporarse como médico residente en un centro sanitario español, y cursar los aproximadamente seis años de residencia antes de concluir, finalmente, el período formativo. Dentro de tres años en el listado de aspirantes ya se encontrará la primera promoción de graduados de la Facultad de Medicina de la UVic-UCC.
«Después de mucho esfuerzo, de años de carrera y de meses de estudiar exclusivamente para este test, los médicos y médicas se someten en un solo día a un examen que determinará profundamente su futuro profesional»
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El examen MIR es, en el largo periplo para convertirse en médico o médica, un punto de inflexión determinante. «Después de mucho esfuerzo, de años de carrera y de meses de estudiar exclusivamente para este test, se someten en un solo día a un examen que determinará profundamente su futuro profesional y su lugar en el mundo de la práctica clínica», explica Josep Arimany, presidente de la Fundación de Estudios Superiores en Ciencias de la Salud (FESS), entidad titular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Vic - Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC). Arimany recuerda que «no sólo un importante porcentaje de aspirantes quedan fuera de las plazas de residencia, sino que, de los que acceden a ellas, sólo una parte, en general los que obtienen mejor nota, acaban pudiendo escoger la especialidad que quieren hacer y el centro donde la quieren llevar a cabo». Por ello, afirma Arimany, «este examen es un momento vital para la trayectoria de todo futuro médico, y es normal que muchos aspirantes lo vivan con nervios, cansancio y angustia».
El análisis de casos clínicos como punto de partida
Es teniendo en cuenta este contexto que la Facultad de Medicina de la UVic-UCC acaba de poner en marcha un Programa de Preparación para el examen MIR para todo el alumnado del grado, desde primero hasta sexto curso. El programa lo coordina Irene Veganzones y ha comenzado este 2020-2021, coincidiendo con el despliegue del cuarto curso de los estudios de Medicina en la Facultad. Esta apuesta pionera de la Facultad entronca directamente con su modelo docente, que tiene en el análisis de casos clínicos uno de sus ejes fundamentales. Junto con la prevalencia de las actividades prácticas y de simulación, «este enfoque ayuda a los estudiantes a ponerse en la piel del médico que serán más adelante y a interpretar los datos clave para hacer un buen diagnóstico», dice Ramon Pujol, decano de la Facultad.
«La esencia del examen MIR está cambiando y se acerca al modelo docente de la Facultad de Medicina, muy centrado en el análisis de casos clínicos»
En los últimos años, la esencia del examen MIR ha ido evolucionando en la misma línea y «cada vez incluye más preguntas centradas en el análisis de casos clínicos y valora más la capacidad de los aspirantes para analizarlos e interpretar o detectar datos, en detrimento de las cuestiones estrictamente memorísticas que habían dominado la prueba en otras épocas», añade Irene Veganzones. Actualmente, alrededor de un 75% de las preguntas del MIR están orientadas al análisis de casos clínicos.
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Vivir de cara al MIR durante todo el grado
La confluencia de todos estos factores ha permitido generar el contexto propicio para impulsar el Programa de Preparación para el examen MIR. En primer lugar, dice Josep Arimany, «el enfoque del MIR es cada vez más cercano a uno de los pilares centrales del modelo docente de nuestra Facultad, y por tanto tiene todo el sentido que aprovechemos esta semejanza». Por otra parte, afirma, «sabiendo que prácticamente todos nuestros alumnos acabarán haciendo la prueba (el 95% de los graduados en España quieren dedicarse a la medicina asistencial y por tanto deben pasarlo), no tiene ninguna lógica vivir los seis años del grado de espaldas a esta realidad, sobre todo si vivir de cara no tiene perjuicios, sino beneficios para la formación del futuro médico». Ramon Pujol añade que «entre el sistema de evaluación de la Facultad y las cuestiones del MIR sólo cambia la forma de preguntar, que en la prueba de especialización es muy específica». Según el decano, «el contenido que se pide y el objetivo de las preguntas es el mismo: hacer pensar al estudiante qué haría si se encontrara ante un paciente de verdad», por lo que «hay una conexión real entre los dos modelos y esto nos da una ventaja».
«Si sabemos que prácticamente todos nuestros alumnos acabarán haciendo el MIR no tiene ninguna lógica vivir seis años de espaldas a esta realidad, sobre todo si vivir de cara no tiene perjuicios, sino beneficios para la formación del futuro médico»
Además de contribuir a la preparación del alumnado para el examen, otro de los objetivos del programa es que los alumnos no lleguen a la prueba excesivamente tensionados. En este sentido, Veganzones aporta dos datos esenciales que todo estudiante tiene en mente: en la última convocatoria se presentaron 1,6 aspirantes para cada plaza ofrecida, que se jugaban el 90% de la nota en un solo día, ya que el expediente del grado sólo computa un 10%. Es por ello, afirma la coordinadora del programa, que los meses que preceden al MIR son «una etapa de alta tensión y estrés emocional para la mayoría de aspirantes». En este sentido, explica, «queremos conseguir que para nuestro alumnado no sea una vivencia tan drástica y que lo afronten con confianza y serenidad».
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Seminarios preparatorios y adaptación de los exámenes
Los profesionales que desarrollan el programa trabajan con dos pilares fundamentales: por una parte, los exámenes tipo pregunta de elección múltiple (test) de la Facultad se adaptarán progresivamente para hacerlas con una metodología más similar al formato del MIR, «para que el alumnado se vaya habituando al tipo de preguntas y a los razonamientos que deberán hacer entonces», explica Veganzones.
«Queremos conseguir que para nuestro alumnado superar el MIR no sea una vivencia tan drástica, y que lo afronten con confianza y serenidad»
Por otra parte, practicarán la técnica del examen a lo largo del grado, de manera más intensiva a medida que se acerque el sexto curso. Trabajarán con preguntas reales del MIR relacionadas con la asignatura que hagan en ese momento. Según Veganzones, «así los estudiantes verán de qué manera se pregunta ese tema en el MIR y nosotros veremos qué carencias individuales tiene cada uno y le ayudaremos a superarlas».
Este planteamiento «no sólo hará que estén mejor preparados cuando lleguen al final del grado, sino que les hará ganar seguridad y confianza en sí mismos, que es vital para este examen». Además, concluye la doctora y docente, «les agudizará la habilidad de hacer una buena anamnesis y la detección de la información clave para obtener el diagnóstico y decidir la mejor actitud a seguir en los casos clínicos reales».
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Josep Arimany: «La esencia del examen MIR tiene muchas semejanzas con el modelo docente de nuestra facultad, así pues, tiene todo el sentido de que aprovechemos esta semejanza».
La Fundación de Estudios Superiores en Ciencias de la Salud (FESS) es el ente titular de la Facultad de Medicina de la UVic-UCC. Su presidente, Josep Arimany, es doctor en Medicina por la UAB, especializado en dermatología médico-quirúrgica, venereología y en medicina legal y forense. También es primer teniente de alcalde de Vic, y concejal de Universidad y Ciudad del Conocimiento. Desde los orígenes de la Facultad ha sido uno de los principales defensores e impulsores del Programa de Preparación para el examen MIR que este curso ha tomado forma.
¿Por qué la Facultad de Medicina opta por implementar un programa integrado al grado y único como este?
Sabemos que la salida profesional ampliamente mayoritaria de nuestros graduados y graduadas será la práctica médica asistencial, y para acceder a ella y poder ejercer en un centro hospitalario, de atención primaria o sociosanitario, la única manera posible de hacerlo es superando la prueba de especialización, que actualmente y desde hace mucho tiempo es el examen MIR. Salvo los que opten por los ámbitos de investigación, de gestión y de docencia de la profesión médica, todos los demás deberán hacer la prueba para tener acceso a la especialidad. En este contexto, ya desde el momento en que el proyecto de Facultad de Medicina tomaba forma, teníamos claro que una de nuestras misiones debía ser el compromiso con la formación global de los estudiantes mientras cursan el grado, pero también después para acompañarlos en su inserción laboral. Además, la esencia del examen MIR tiene muchas semejanzas con el modelo docente de nuestra facultad, y por tanto tiene todo el sentido que aprovechamos esta semejanza.
Cómo beneficia este modelo de formación a la preparación de los estudiantes para el examen?
Muchas universidades introducen preguntas del examen MIR cuando hacen las clases, pero no existen comités de acceso a la formación especializada, que queda exclusivamente en manos de las academias. Nosotros queremos implicarnos en la preparación del MIR de nuestros estudiantes al igual que los centros educativos de bachillerato se implican en la preparación de la selectividad, de manera transversal durante todo el curso. Así pues, el estudiante dispone de una preparación sujeta a todas las novedades y cambios que va teniendo el MIR: somos nosotros los que nos preocupamos de estar al día y saber cómo evoluciona la prueba para, a su vez, adaptar su preparación.
Pero hay quien dice que el trabajo de preparación para el MIR han de hacerlo las academias especializadas, y no las facultades...
Es cierto que es muy común pensar que la universidad debe limitarse a preparar al alumnado para ser buenos médicos y que posteriormente las academias ya los entrenarán para hacer un buen examen. Pero una cosa no quita la otra. Los graduados de la UVic-UCC deberán ir igualmente a las academias o, cuando menos, será altamente recomendable que lo hagan para repasar conceptos de memoria de corto plazo durante los meses previos al examen MIR. Pero con la formación integrada que habrán recibido durante el grado, irán mejor preparados para las preguntas que se resuelven con técnica de examen, la mayoría de las cuales son planteadas en forma de caso clínico.
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Irene Veganzones: «Practicar la técnica del MIR a lo largo del grado hará que el alumnado gane seguridad y confianza para hacer el examen».
El currículo de Irene Veganzones encaja a la perfección con los requisitos deseables para coordinar un programa de preparación de la especialización médica como el que ha puesto en marcha la Facultad de Medicina. Además de ser médico de familia rural de Sarrià de Ter (Girona), estudió Medicina en la Universidad de Barcelona - Bellvitge, se especializó en medicina familiar y comunitaria en Manresa y ha trabajado durante siete años como tutora y profesora al Academia AMIR, de preparación para la prueba de acceso a la formación especializada.
¿Qué tiene el examen MIR que genere tanto respeto?
Actualmente la nota final clasificatoria procede en un 90% del resultado en el examen MIR y sólo en un 10% de la nota del grado. Por lo tanto, la realidad es que, a pesar de haber pasado seis años en la Facultad, y a pesar de las notas obtenidas durante esta larga etapa, lo que determinará la puntuación final que permitirá escoger la plaza será la nota del examen MIR. Además, entre la graduación universitaria y el examen hay una diferencia de siete meses. Durante este tiempo sólo vives con el MIR como horizonte y, por muy bien que lo lleves, necesitas apoyo emocional de la gente de tu alrededor para superarlo, y es aquí donde tenemos que estar nosotros.
¿Por qué decidió asumir este reto?
Creo firmemente en el modelo pedagógico de la Facultad de Medicina de la UVic-UCC, porque está muy orientado a la formación integral de los estudiantes, y esta es la esencia de la medicina de familia y comunitaria, mi especialidad. Además, es una facultad muy generalista, que apuesta por que los estudiantes conozcan todas las caras del ejercicio de la medicina y decidan cuál es la que más encaja con ellos. Finalmente, hoy por hoy es la única universidad que ha apostado por crear un programa de preparación para el examen MIR.
¿Qué aporta su visión como médico de familia en un entorno rural al modelo docente de la Facultad?
Hay que enseñar a los alumnos que buena parte de los pacientes no están en los hospitales, sino que los encontramos en la atención primaria y en las residencias geriátricas, entre otros. Por lo tanto, debemos enseñar a nuestros estudiantes a tratar y manejar a los pacientes en estos ámbitos. Igualmente es importante que los y las estudiantes no tengan una formación hospital-centrista, sino más abierta, con una mirada a la atención comunitaria y la medicina centrada en el paciente. Esto ya lo dicta el modelo pedagógico de la Facultad y me siento identificada con él.