El Aula de Teatro: el espacio de la UVic para aprender y vivir el hecho teatral

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  • Es un proyecto transversal de la Universidad, formado por estudiantes, ex estudiantes y miembros del profesorado y del personal de administración y servicios
  • Siempre ha tenido una vocación experimental que le ha permitido abrirse a la investigación artística
  • Desde su nacimiento en el curso 1993-94, ha llevado a cabo una producción cada año, y ya van 27

El Aula de Teatro de la UVic nació el curso 1993-1994 a partir de una iniciativa del departamento de Expresiones de la Escola de Mestres (de los entonces Estudis Universitaris de Vic) y lo hizo como Aula de Teatro Experimental Universitario (ATEO), dentro de la asignatura optativa de Dramatización para dar salida a las inquietudes de un grupo de estudiantes motivados dispuestos a llevar a cabo actividades culturales en horario extraacadémico.

«Escogimos la palabra "aula" y no "grupo" porque queríamos crear un espacio para aprender, para conocer, para crear y para equivocarnos, para vivir de una manera abierta todas las connotaciones del hecho teatral», afirma Dolors Rusiñol, actual directora del Aula, que desde sus inicios siempre ha estado delante de todos los proyectos que se han llevado a cabo en ella.

Dolors Rusiñol dirigiendo un ensayo

El término «experimental» también implicaba toda una declaración de intenciones. Según Rusiñol «la condición de experimental nos abría muchas vías de investigación artística y ofrecía la posibilidad de trabajar simplemente a partir de los recursos disponibles, sin los requerimientos técnicos del teatro convencional, ya que el proyecto contaba con unos medios económicos modestos que no permitían hacer grandes montajes ni técnica ni escenográficamente, pero en cambio disponía de un equipo humano formado por estudiantes que –aunque con pocos conocimientos teatrales– aportaban mucha energía y tenían muchas ganas de decir cosas a través del teatro.»

Así pues, el Aula de Teatro, que iba cambiando de nombre a medida que la institución evolucionaba, como cuando los Estudios Universitarios de Vic se convirtieron en Universidad, nacía para acercar a los estudiantes a la creación artística. También dinamizaba la actividad cultural de la institución y mantenía un contacto estrecho con otras aulas de teatro universitario, que en esos momentos existían en muchos centros universitarios del país.

Unos inicios medievales

El teatro universitario tiene una larga historia que arranca de la Edad Media cuando, con los estudios generales, el teatro ya se utilizaba en el trivium para la enseñanza de la retórica y era una actividad absolutamente dirigida y reglamentada desde las altas jerarquías. Era habitual que durante las festividades religiosas hubiera declamaciones, recitales o ejercicios literarios. Se sabe que durante el Renacimiento hubo un retorno a los clásicos griegos y latinos y que estudiantes del Siglo de Oro español debían aprobar determinadas asignaturas de lenguas clásicas representando alguna tragedia o comedia grecolatina.

Con la Segunda República, en 1932, Federico García Lorca y Eduardo Ugarte, ante el conservadurismo imperante en la escena universitaria y comercial, plantearon un cambio radical en la manera de pensar y practicar el teatro en la universidad, y fundaron La Barraca, creando un concepto nuevo de compañía universitaria con objetivos culturales, democratizadores y populares.

En Cataluña nacía en 1935 el Teatre Universitari Català (TUC) con el objetivo de revalorizar los clásicos y dar voz a las novedades que llegaban de Europa. Pero el asesinato de Lorca y el triunfo del franquismo dieron paso al teatro del nacionalcatolicismo, con un repertorio político que debía responder a los intereses del régimen y a la prohibición expresa de utilizar la lengua catalana.

A partir de los años 40 se crean los TEU (Teatro Español Universitario) y de esta manera se oficializa el teatro en la universidad bajo una estructura muy reglamentada y jerarquizada. No tardarán en surgir voces discordantes que pidan más apertura y mejores condiciones. Sin embargo, el teatro universitario termina siendo un verdadero campo de pruebas que se va profesionalizando y muchos de sus protagonistas acabarán haciendo el salto al teatro independiente, comenzando así un nuevo declive para el teatro universitario hasta su práctica extinción. No será hasta los años 80 y 90 que, con la apertura de nuevas universidades, renazca la actividad teatral universitaria con nuevos grupos que tendrán objetivos muy diferentes a los que tenían durante la dictadura.

Una producción por año

El Aula de Teatro de la UVic ha realizado una producción anual por curso desde su fundación, y ya son 27. Según Dolors Rusiñol «nos encontramos ante una dinámica sostenida en el tiempo que creo que vale la pena de valorar». Una sostenibilidad que, por otra parte, no siempre ha sido fácil «sobre todo por las limitaciones y los apremios que supone el hecho de que el alumnado cambie constantemente y que las condiciones para dedicar al Aula no siempre sean las mejores», haciendo referencia a los horarios y a las injerencias académicas diversas que se producen a lo largo del curso. Sin embargo, cada vez se han ido incorporando más personas de diferentes ámbitos relacionados con la Universidad, como profesorado, miembros del PAS e incluso ex estudiantes, con el objetivo de convertirse en «un proyecto transversal de la Universidad».

El Aula de Teatro de la UVic ha realizado una producción anual por curso desde su fundación, y ya son 27

La invasió dels lladres de temps, basada en la novela Momo de Michael Ende (2008)

Por otra parte, el Aula de Teatro no ha hecho este camino en soledad, sino que ha procurado rodearse de un conjunto de complicidades, tanto del ámbito teatral profesional como amateur, ofreciendo un diálogo permanente entre las artes en las diferentes obras que ha producido. «Este es un hecho característico del lenguaje teatral, pero que, en el caso del Aula, se hace especialmente evidente la intención transdisciplinar gracias a la colaboración generosa de múltiples dramaturgos, músicos y artistas plásticos que, con una gran austeridad de recursos, han contribuido al éxito de nuestro trabajo», asegura Dolors Rusiñol.

Desde Chéjov hasta Aristófanes

La primera obra de teatro que estrenó el Aula de Teatro, fue El bon doctor, del dramaturgo norteamericano Neil Simon, que era una adaptación de textos del ruso Anton Chéjov, la mayoría de los cuales eran cuentos breves con mucha teatralidad y una cierta ironía. «Queríamos que la obra incluyera muchos personajes para poder dar papel a todos los componentes del grupo, y que tuviera un tono cómico al tiempo que un cierto nivel intelectual», afirma Dolors Rusiñol, responsable de la elección. Los ensayos comenzaron en enero de 1994, pero la obra no se pudo estrenar hasta el noviembre siguiente, una vez inaugurado el curso, en la Sala Modernista del Casino de Vic.

Desde Chéjov a Aristófanes, y de Calders a Sergi Belbel, pasando por James Finn o Martine Tartour, son muchos los autores que han proporcionado los textos que han servido de materia prima y fuente de inspiración para construir las representaciones del Aula. «Elegir un autor o un texto siempre ha sido un tema complicado, porque no se dispone del tiempo suficiente, ya que hay que esperar cada año a saber qué personas formarán definitivamente el Aula», dice Rusiñol, «pero procuramos que en la elección participe todo el mundo y que cada actor tenga una presencia equitativa, lo que significa que tenemos que acabar adaptando el texto a las características y habilidades de las personas».

Desde Chéjov a Aristófanes, y de Calders a Sergi Belbel, pasando por James Finn o Martine Tartour

Software, de Pere Sagristà (1998)

La obra que comenzaban a preparar el curso pasado, Monotonia, de Raquel García, no pudo ver la luz debido a la covid-19. «Es una obra escrita por una integrante del grupo, hecha a medida y pensada entre todos. La llegada del confinamiento no nos permitió avanzar, pero como teníamos ganas de trabajar, hicimos un video imaginando como crecerían los personajes medio año después. Ahora tenemos pensado convertirlo en película para que podamos, al menos, tener presencia en la Muestra de Teatro Universitario que se hará en Alicante», concluye Dolors Rusiñol.

Eva Marichalar

Eva Marichalar

«Fui de la primera promoción de alumnos del Aula de Teatro cuando estudiaba Magisterio. Diez años después de acabar los estudios me reincorporé, primero como actriz y luego como ayudante de dirección. Llegué a asumir la asignatura vinculada al Aula de Teatro y con Dolors la codirigimos durante muchos años, hasta que el curso 2009-2010 me cedió la dirección en solitario. Se puede decir que el Aula de Teatro y Dolors fueron mi puerta de entrada a las artes escénicas. El hecho de tener la oportunidad de dirigir me permitió desarrollar mi lenguaje y explorar las artes de calle y el teatro en espacios no convencionales que ahora son objeto de mi tesis doctoral.»

Raquel Garcia

Raquel Garcia

«El Aula de Teatro de la UVic es un espacio inclusivo donde todos podemos aprender a expresar lo que sentimos y lo que sienten y hacen los personajes que interpretamos, a partir del respeto y el disfrute. Formar parte del Aula es sentir que formas parte de una gran familia y que, a partir del teatro, te abres al mundo y disfrutas de momentos inexplicables que te cargan de energía para tu día a día.»

Bernat Mestre

Bernat Mestre

«En 2004, mientras estudiaba Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, tuve la oportunidad de hacer la asignatura de Expresión Corporal con Dolors Rusiñol y me fascinó. Muy pronto me convenció para hacer el curso de iniciación al teatro con Eva Marichalar y después entré de lleno en el Aula de Teatro. Tengo que decir que a mí el Aula de Teatro me ha cambiado literalmente la vida, porque supuso la conexión con mi verdadera pasión, que era hacer teatro y que yo aún desconocía. Fueron cuatro años de crecimiento personal, de risas, trabajo y compañerismo... y ahora ya hace diez que soy actor. He pasado por varias academias de formación que me han permitido especializarme en musicales, aunque también hago teatro de texto, televisión y tengo mi propia compañía. Cuando miro atrás, veo el Aula de Teatro como mi primer hogar. Gracias Dolors y Eva por estar ahí y hacerlo bien. Gracias siempre por el Aula de Teatro!»

Cronología de estrenos del Aula de Teatre

1994: El bon doctor, de Neil Simon, adaptación de textos de Anton Chéjov

1995: Coses aparentment intranscendents, de Pere Calders y dramaturgia de David Plana

1996: Tretze faltes, de David Plana

1997: Contes per a nens i nenes políticament correctes, de James Finn

1998: Software, de Pere Sagristà

1999: Embarassadíssimes en el món de les comoditats, de Martine Tartour

2000: Lisístrata, d’Aristòfanes

2001: N’hi ha més a fora que a dins, de Roland Dubillard

2002: Cròniques de dies sencers i de nits senceres, de Xavier Durringer

2003: Cartes d’amor, d’Albert Gurney

2004: Morir, de Sergi Belbel

2005: Ell(e)s, una creación del Aula de Teatre a partir de textos de Sergi Belbel y Pere Sagristà

2006: Divendres 84, de creación colectiva

2007: Futur perfecte, de Ignasi Garcia Barba

2008: La invasió dels lladres de temps, basada en la novela Momo de Michael Ende

2009: Steve McQueen, de Gerard Guix

2010: Pere, de Pere Calders

2011: Dona’m la mà, de Joan Salvat Papasseit

2012: Deriva Mussol, de creación colectiva

2013: El petit príncep, de Saint Exupéry

2014: Cada dia importa, de creación colectiva

2015: Assajant Marat-Sade, de Peter Weiss

2016: A sota el meu llit hi viuen cocodrils, de Friedrich von Borries

2017: A l'amor dels botxins, de Raúl Hernàndez Garrido

2018: Embolica que fa... Amor!, de Francesc Pereira

2019: Desmuntant la Revolta, de Sadurní Vergés

2020: Monotonia, de Raquel Garcia (no estrenada)

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