El mundo real, en las aulas

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  • La UVic-UCC centra su modelo formativo en unas metodologías activas que tienen el análisis de casos como uno de los elementos destacados
  • El estudiante es el centro y el actor principal de un proceso de aprendizaje que valora el conocimiento, el esfuerzo, y el trabajo personal y en equipo

Cuando un estudiante accede por primera vez a la Universidad lo hace con objetivos, aspiraciones e intereses múltiples y diversos, pero siempre hay uno que confluye en todos ellos: adquirir los conocimientos que ofrecen los estudios que seguirá y conseguir, después de todo un trayecto, la titulación que está vinculada a ellos. Esto se puede lograr a través de metodologías docentes muy diversas y es responsabilidad de la institución de estudios superiores decidir cuál es la idónea en cada caso. En la Universidad de Vic – Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC), este “cómo” los estudiantes realizan su proceso de aprendizaje se basa en un modelo en que las metodologías activas, como el análisis de casos reales o simulados o el aprendizaje basado en problemas, tienen mucha relevancia.

El objetivo último del modelo de formación de la UVic-UCC es “garantizar el crecimiento personal y la plena profesionalización de los titulados y tituladas, con aprendizajes personalizados y a través de un acompañamiento a lo largo de todo el itinerario formativo”, explica M. Àngels Pinyana, vicerrectora de Ordenación Académica. Este modelo, indica, “se basa en unas relaciones personales de carácter educativo, que ponen toda la institución al servicio del aprendizaje, y al estudiante como centro y actor de un proceso que valora el conocimiento, el esfuerzo, y el trabajo personal y en equipo”.

«Aprender a partir de ejemplos, sean reales o simulados, de forma que los estudiantes ven una situación, reflexionan sobre ella y sacan sus propias conclusiones»

El análisis del caso como seña de identidad

En este escenario, en los últimos años las metodologías activas en general y el análisis de casos en particular han ido ganando peso de manera progresiva en todos los grados universitarios. El análisis de casos consiste en “aprender a partir de ejemplos, sean reales o simulados, de forma que los estudiantes ven una situación, reflexionan sobre ella, y acaban resolviéndola y sacando sus propias conclusiones”, señala Pinyana, según la cual las ventajas de este método docente son muchas.

En primer lugar, “se puede aplicar en todos los ámbitos de conocimiento”, y así se hace, puesto que “en mayor o menor medida, todas las facultades y los grados trabajan el análisis del caso”. Simplemente, se trata de buscar la fórmula idónea para cada ocasión, en función de los objetivos que se persiguen y la realidad del sector. Por ejemplo, en el caso de la Facultad de Medicina, “el más paradigmático de todos”, el análisis de casos clínicos es uno de los pilares centrales de todo el proceso de aprendizaje. Otro tipo de análisis de casos se lleva a cabo en procesos de simulación, muy habituales en grados del ámbito de la salud, tanto de la Facultad de Ciencias de la Salud de Manresa como de la Facultad de Ciencias de la Salud y el Bienestar del Campus Vic. “La base conceptual es la misma: poner a los estudiantes en una situación real para que la analicen y la resuelvan”, explica.

En segundo lugar, como el resto de metodologías activas, ésta “consiste en poner en práctica el desarrollo teórico, en un marco muy competencial y práctico, en el cual se promueven las capacidades de comunicar o de tomar decisiones”. Además, se trata de un aprendizaje que se hace en paralelo, o de manera previa, a las prácticas en entornos laborales, a las cuales el alumnado llega mucho más preparado. Finalmente, expone Pinyana, el análisis del caso es importante, pero “todavía lo es más la reflexión y las conclusiones que hay detrás de todo el ejercicio” y, sobre todo, la autoevaluación que conlleva: “El estudiante se tiene que preguntar cómo lo ha hecho, si lo habría hecho igual en una situación real, qué cambiaría si se encontrara de nuevo en la misma situación... Es lo más próximo a la realidad que se puede ofrecer dentro de un aula”.

«El análisis del caso es importante, pero todavía lo es más la reflexión y las conclusiones que hay detrás de todo el ejercicio y sobre todo la autoevaluación que conlleva»

Una metodología activa para cada caso

Más allá del análisis de casos, el uso de metodologías activas es multidisciplinario y, por lo tanto, hay ejemplos de él en todos los grados de la UVic-UCC “muy centrados en el estudiante y que promueven el trabajo cooperativo como base del aprendizaje”, explica Pinyana. Cada ámbito de conocimiento, cada grado y cada asignatura específica recoge y aplica la metodología más adecuada a sus objetivos y sus especificidades.

Una de éstas es el ABP (aprendizaje basado en proyectos), que permite a los estudiantes aprender a través de retos que tienen que resolver durante un periodo de tiempo relativamente largo. La Facultad de Ciencias, Tecnología e Ingenierías (FCTE) ha hecho una clara apuesta por esta metodología, a través de los proyectos integrados, que se llevan a cabo en grados tanto del ámbito de las ingenierías como de las biociencias. “Muchos de los proyectos implican que durante un tiempo determinado el estudiantado trabaje para lograr un reto concreto que suele hacer referencia a problemas reales para los cuales se tienen que usar los conocimientos adquiridos y las habilidades desarrolladas en varias asignaturas de manera transversal”, explica Àngels Leiva, profesora y responsable de Innovación Docente de la FCTE. En el grado en Multimedia. Aplicaciones y Videojuegos, por ejemplo, se desarrolla un videojuego completo integrando los diferentes conceptos que forman parte de él, y en el grado en Biología, se hacen propuestas de mejora de la gestión de una finca agrícola donde el alumnado, además, realiza una estancia de varios días.

«El estudiantado trabaja para lograr un reto concreto que hace referencia a problemas reales para los cuales tiene que usar los conocimientos adquiridos y las habilidades desarrolladas en varias asignaturas de manera transversal»

La simulación es otra de las apuestas de la UVic-UCC en cuanto a metodologías activas. En la Facultad de Empresa y Comunicación, entre otras acciones, se simulan ruedas de prensa con la participación de personalidades políticas, responsables de empresas o personas relevantes en el ámbito social o cultural, y se dispone de instalaciones vinculadas al plató de televisión o al estudio de radio, que permiten copiar el entorno y las dinámicas de una redacción real. Y en la Facultad de Ciencias de la Salud y el Bienestar (FCSB) la simulación es habitual en muchos grados. Por ejemplo, en Enfermería se utilizan maniquíes robotizados con respuesta fisiológica, y en Fisioterapia se cuenta con actores que actúan como pacientes estandarizados para las prácticas de simulación. La pantalla digital SECTRA también forma parte del día a día de los estudios de esta facultad, igual como las actividades de disección de cuerpos humanos y el trabajo a partir de la metodología de aprendizaje y servicio, que integra los conocimientos, las habilidades, los valores y el servicio a la comunidad en un solo proyecto educativo, que permite al estudiante aprender a la vez que presta un servicio directo a la sociedad, para transformarla y mejorarla.

En la Facultad de Educación, Traducción, Deportes y Psicología (FETEP), todo el proyecto Escuela y Universidad se circunscribe a un modelo de metodologías activas, en el cual el alumnado de los grados de maestro se encuentra en las aulas de la Universidad con niños de las escuelas de Vic para los cuales ha preparado propuestas didácticas. “Éstas se elaboran y se ponen en práctica teniendo en cuenta el contexto de aula y la realidad del momento”, explica el decano de la Facultad, Eduard Ramírez, según el cual en todo el proyecto es clave el encuentro de los diferentes agentes: profesorado, maestros, alumnado y niños, que “genera una atmósfera enriquecedora de construcción de conocimiento, imprescindible para avanzar en la innovación educativa y la gestión de las aulas que se encontrarán los futuros maestros”.

Un referente en metodologías activas

Si en algo coinciden todas estas metodologías activas, y otras, es en el hecho de que “el estudiante tiene un papel activo y es el centro de todo aquello que se hace en el aula”, comenta Pinyana, quien destaca que “es un sistema que se contrapone a la metodología más tradicional, en la cual es el profesor quien transmite la información”. “Queremos que la UVic-UCC sea un referente en metodologías activas, pero lograrlo no pasa porque sí”, afirma Pinyana, según la cual “hace falta que el profesor se prepare, se recicle y se forme de manera permanente para trabajar con estas metodologías, hacer que pasen cosas en el aula y utilizar los recursos necesarios en cada momento”.

«El sistema se contrapone a la metodología tradicional: ya no se expone la teoría y después se pone en práctica, sino que ambas avanzan en paralelo»

Para la vicerrectora, el aprendizaje es compartido y la formación permanente del profesorado es la clave del éxito de estas metodologías en las cuales “cambia totalmente el sistema y el orden”. “No se explica primero la teoría y después se pone en práctica, sino que ambas avanzan en paralelo: a medida que se hace el aprendizaje práctico, va desarrollándose también el marco teórico”, de forma que “la linealidad tradicional se pierde”, indica.

Los estudiantes formados con este tipo de metodologías se convierten en “profesionales más capacitados para tomar decisiones, para aprender de sus propios errores, para saber si están haciendo bien una cosa y mal otra, para hacerse suyos los problemas que pueden tener y encontrar la manera arreglarlos”. En definitiva, concluye Pinyana, “son estudiantes más cooperadores, completos y redondos”, que salen de la Universidad más conscientes de cómo será el mundo real porque a través de las metodologías “el mundo real, ya lo han conocido dentro de la Universidad”.

El análisis de casos clínicos, eje central de la docencia en Medicina

La Facultad de Medicina es el caso más paradigmático de análisis de casos a la UVic-UCC, puesto que éste es uno de los pilares centrales de su modelo docente, una metodología que se ha convertido en una señal de identidad de este centro. El análisis de casos clínicos es la base del estudio del grado en Medicina, de forma que el estudiantado logra los objetivos de aprendizaje a partir de la resolución de ejemplos médicos, siempre reforzada con la indispensable parte teórica.

En este grado el alumnado trabaja, de manera individual o colectiva, en el análisis de casos clínicos, que se aproximan mucho a la realidad con que se encontrará cuando acabe su formación y ejerza de médico o médica, y complementa esta actividad con otras metodologías docentes diversas. Así, cada semana dedica 6 horas al trabajo en grupo de los casos clínicos, 8 horas a talleres y laboratorios, 8 horas a clases magistrales en formato tradicional, 3 horas a tutoría y 6 al trabajo autónomo. Cada asignatura se asocia, además, a dos actividades de simulación.

De acuerdo con este enfoque pedagógico, a lo largo del grado los exámenes convencionales se combinan con sesiones de evaluación clínica objetiva estructurada (ACOE), también basadas en casos reales. El objetivo final es valorar en los estudiantes la adquisición tanto de los conocimientos médicos como de las habilidades y aptitudes imprescindibles en el ejercicio de la medicina: habilidades comunicativas y tecnológicas, trabajo en equipo y colaborativo, formación ética, gestión de la complejidad, etc.

Campus Manresa, referente en metodología de la simulación

El Campus Manresa utiliza la metodología de la simulación de manera transversal en todos sus programas formativos, tanto de grado como de CFGS o de máster y posgrado. La Cátedra de Simulación y Seguridad del Paciente, el grupo de investigación en Innovación Docente, Simulación y Seguridad del Paciente (GRInDoSSeP) y el máster universitario en Metodología de la Simulación son tres elementos, todos ellos ubicados en UManresa, que, junto con el CISARC - Centro de Innovación en Simulación, hacen del campus un punto de referencia en este ámbito tanto en el contexto del Estado Español como también a escala internacional.

En el caso de las Ciencias de la Salud, la simulación es una metodología docente que tiene como objetivo la mejora la seguridad del paciente. Por eso, pone el estudiantado en una situación (a menudo límite, de presión, estrés, incertidumbre o riesgo) muy similar, tanto en cuanto a las exigencias técnicas como a las habilidades personales, a las que tendrá que hacer frente en la práctica profesional o equipo de trabajo. La simulación invita a actuar como en la realidad, pero sin riesgos. Tanto las equivocaciones como los aciertos son bienvenidos, puesto que el objetivo es crear espacios donde el participante pueda ser consciente de sus competencias, tanto las que desarrolla con éxito como las que pueden comportar un error.

La preparación de cada sesión de simulación implica un proceso complejo que se inicia con el diseño del caso, enfocado a dar respuesta a una necesidad concreta en términos de capacidades y habilidades. Al participar en una simulación, el participante recibe información previa para prepararla adecuadamente. Con este bagaje previo, afronta el reto en un espacio y unas condiciones que reproducen tan fielmente como es posible el entorno profesional real donde se lleva a cabo normalmente. La sesión se graba y, al acabar, con los compañeros, el docente y un facilitador en simulación, reflexiona sobre lo que ha hecho, por qué y que puede mejorar. Durante la simulación se trabaja para asegurar la seguridad psicológica del estudiante, la vivencia del escenario con la máxima fidelidad y un proceso adecuado de reflexión posterior en el marco del debreafing, en que expertos y alumnos analizan el nivel de rendimiento realizado.

El estudiantado valora muy positivamente el uso intensivo que se hace de esta metodología en el Campus Manresa. "La simulación me acerca al trato con el paciente. Es el puente que une la Universidad y el entorno profesional", explica Cristian Puga, estudiante del grado en Fisioterapia. "Es ideal poder hacer simulación antes de ir a las prácticas. Llegas a tu puesto de trabajo con una idea muy clara de cómo funcionan las cosas", opina Maria Prat, estudiante del grado en Enfermería. Por su parte, el equipo docente se preocupa para que la buena aceptación de esta metodología entre el alumnado tenga, también, un alto nivel de transferencia, lo cual quiere decir que le permite identificar competencias y estrategias que podrá aplicar, en el futuro, como profesional.

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