«En mi día a día, me he dado cuenta de que el modelo biopsicosocial de la fisioterapia que me inculcaron en Manresa es muy importante. La persona importa. Una persona no es un número ni una lesión»

Comparte:

  • Clément Meillac (Amiens, 1996) se graduó en Fisioterapia en la Facultad de Ciencias de la Salud de Manresa en 2022. Aficionado al mundo del deporte desde niño, siempre tuvo claro que quería dedicarse profesionalmente a algo relacionado con el cuidado de los demás y vinculado al deporte de alto nivel. Después de realizar un máster en Ciencias del Deporte en Montpellier, la ciudad donde vivía, decidió complementar su formación de preparador físico con los estudios del grado en Fisioterapia. Manresa no era su primera opción pero, por recomendación de una amiga y, después de visitar las instalaciones y de informarse, se acabó decidiendo por estudiar en la capital del Bages.
  • De UManresa, elogia las instalaciones, la metodología y un profesorado apasionado que le marcó, le permitió desarrollarse y alcanzar metas profesionales tan destacadas como formar parte del equipo de fisioterapeutas del Montpellier Hérault Rugby, que ganó la Copa de Europa Challenge Cup y el TOP 14 francés durante los dos años en los que trabajó y realizó prácticas. Actualmente, es fisioterapeuta del SAXV Charente Rugby y sigue acumulando experiencia con el objetivo de volver a la élite del deporte como fisioterapeuta

¿De dónde te viene la vocación por la fisioterapia y por el mundo del deporte?

Desde pequeño me he sentido atraído por ayudar a los demás. Cuando era un niño siempre era de los que se preocupaba por los compañeros y los cuidaba. Esto, por un lado. Por otro lado, está la influencia de mi padre, que era profesor de educación física y que estuvo a punto de dedicarse profesionalmente al fútbol. Yo también jugaba al fútbol y este fue uno de los motivos por los que, cuando terminé mi etapa formativa en el instituto y a la hora de elegir estudios, descarté una carrera como Medicina. No quería dejar el fútbol y los estudios de Medicina son de gran dificultad en Francia y requieren mucha dedicación, así que decidí estudiar Ciencias del Deporte y convertirme en preparador físico.

¿Estos estudios fueron tu puerta de entrada a la fisioterapia?

Sí, era una buena forma de acceder a los estudios de Fisioterapia sin tener que pasar por Medicina. Hacerlo siguiendo el sistema francés me habría hecho perder un año, y yo ya tenía tenía 22 y había terminado los estudios de Ciencias del Deporte. Mi formación previa era un complemento muy bueno para la fisioterapia, así que decidí seguir formándome fuera de Francia.

¿Y por qué eliges UManresa?

Lo cierto es que mi idea inicial era ir a Girona, por la proximidad con Montpellier. Yo quería volver los fines de semana a casa y Girona me lo permitía. Pero una amiga mía, muy brillante, que estaba estudiando Fisioterapia en Manresa, me habló de la Facultad de Ciencias de la Salud de Manresa. Así que fui al Salón del Estudiante de Montpellier para informarme, vine a la jornada de puertas abiertas de ese año y quedé del todo convencido de que era la mejor opción.

¿Qué es lo que te hizo decidir?

Fueron varias cosas. Por ejemplo, la atención y la información recibida de las dos personas de UManresa que había en el Salón del Estudiante, Rémi Gontié y Magda Monserdà, que hablaban francés y que me dieron una explicación muy buena de la Universidad. También me gustó saber que durante el primer curso podía optar a clases gratuitas tanto de catalán como de castellano y conocer la metodología de la simulación, una metodología que yo veo imprescindible en la formación de los fisioterapeutas. Lo veo ahora que tengo estudiantes de prácticas a mi cargo. No es lo mismo practicar con compañeros de aula que simular situaciones muy cercanas a la realidad profesional.

«La metodología de la simulación es imprescindible en la formación de los fisioterapeutas. Lo veo ahora que tengo estudiantes de prácticas a mi cargo. No es lo mismo practicar con compañeros de aula que simular situaciones muy cercanas a la realidad»

¿Cómo recuerdas la etapa de estudiante en Manresa?

Fue una etapa muy enriquecedora. Estudiar en UManresa me permitió, además de formarme como fisioterapeuta, conocer dos nuevas lenguas, abrirme a una nueva cultura y saber más de la realidad de Cataluña y de su relación con España. Estoy convencido de que haber venido solo y vivir aquí fue un acierto y me enseñó a espabilarme y a saber qué conlleva vivir solo y lejos de la familia. De hecho, fue un entrenamiento para lo que vivo ahora que, por cuestiones profesionales, también estoy lejos de casa. Aprendí a enfrentarme a los problemas, me hice más fuerte, sobre todo el primer curso que estuve viviendo solo en un piso.

Y de la formación académica, ¿qué destacarías?

Una de las cosas que me gustó mucho de UManresa fue la calidad de las infraestructuras. Es un lugar en el que estudiar es muy cómodo y confortable. Además, todo estaba cerca: la biblioteca, la cafetería... Podías ir a pie a todas partes.

Destacaría también y, por encima de todo, el profesorado. Había asignaturas que no me gustaban nada, pero aun así, tener docentes apasionados por la profesión, me marcó. Recuerdo especialmente a profesores como Carles Munné, Marc Casas, Sergio Romero, Miquel Dalmau o el director de los estudios, Gonzalo Lorza. Todos ellos me empujaron y ayudaron para que pudiera hacer realidad mi sueño de trabajar en el deporte de élite. Mencionaría también a Rémi Gontié, que hizo de hermano mayor y me ayudó a resolver los problemas que me surgían.

Otro de los aspectos que para mí es muy importante es el enfoque de la fisioterapia que se realiza en los estudios de UManresa. Es una formación muy completa que va desde el diagnóstico hasta el tratamiento. En Francia, el fisioterapeuta trabaja centrado en el tratamiento que ha decidido un médico. En mi día a día. me he dado cuenta de que el modelo biopsicosocial de la fisioterapia que me inculcaron en Manresa es muy importante. La persona importa. Una persona no es un número ni una lesión. En el caso de los deportistas de elite, no son cuerpos, son personas lesionadas. Verlos y tratarlos desde esta visión impacta en el tratamiento y en su recuperación y permite establecer vínculos de confianza, porque sin confianza no puede haber una buena recuperación. Con el tiempo me he dado cuenta de la importancia de las clases de psicología en el grado; entonces no era suficientemente consciente de ello. Veo esta diferencia en el abordaje en mi día a día, trabajando con profesionales de otros países, que tienen una forma de tratar a los pacientes que deshumaniza a la persona.

«El modelo biopsicosocial de la fisioterapia que me inculcaron en Manresa es muy importante. La persona importa. Una persona no es un número ni una lesión. En el caso de los deportistas de elite, no son cuerpos, son personas lesionadas»

Foto: Hameight Communication

Estoy muy agradecido a UManresa por la formación que recibí y a todas las personas que me acompañaron en mi formación, especialmente a Gonzalo Lorza. Es gracias a la Universidad que ahora puedo estar donde estoy y que he podido hacer realidad un sueño.

¿Cómo fue tu incorporación en el mundo laboral?

Tuve la gran suerte de poder hacer uno de mis prácticums en un club profesional de rugby de Montpellier, en el Montpellier Hérault Rugby, un equipo que juega en la primera división francesa. Estuve dos meses de prácticas y fue tan bien que me pidieron que me quedara, así que alargué dos meses más mi estancia en el equipo. Fue en ese momento que el equipo ganó la Challenge Cup, la copa de Europa de rugby. Un año después, hubo una vacante en el equipo de fisioterapeutas y me propusieron volver. Durante un año compaginé el trabajo y la última etapa de los estudios. Iba a Manresa dos días a la semana y el resto de días trabajaba en Montpellier. Fue entonces cuando el equipo ganó el TOP 14, el campeonato nacional francés. Conseguir estos dos títulos seguidos y haber formado parte del equipo es una de las cosas más destacadas que puedo incorporar en mi currículum. Lamentablemente, pasado ese tiempo no me renovaron el contrato. Fue la primera gran decepción de mi carrera.

El médico del club, con el que tenía mucha confianza, me dijo que para tener nuevas oportunidades en el deporte de alto nivel, debía seguir adquiriendo experiencia. Así que, aproveché la oportunidad que me salió de trabajar en un equipo femenino, el ASJ Soyaux, un equipo que compite al más alto nivel del fútbol femenino de Francia. Aprendí mucho, porque fue muy diferente del trabajo que hice en Montpellier. Además, he vivido la experiencia profesional de trabajar en un entorno diferente al que estaba habituado, un entorno totalmente femenino, ya que estaba acostumbrado a trabajar rodeado de hombres.

Después de este año me ofrecieron trabajar en un equipo que compite en el segundo nivel de élite del rugby en Francia (ProD2), el SAXV Charente. De hecho, el trabajo me lo ofreció un médico con el que trabajé cuando estaba en Montpellier.

En UManresa aprendí mucho, y la experiencia que adquirí durante las prácticas y en todos estos clubs me ayudaron a evolucionar mucho profesionalmente.

¿En qué consiste tu trabajo?

Ahora mismo soy el segundo fisioterapeuta del SAXV Charente Rugby. Mi trabajo se desarrolla en dos ámbitos. Por un lado, trabajo en la rehabilitación y mantenimiento de los jugadores que tienen algún tipo de lesión, preparándoles sesiones de entrenamiento adaptadas. Por otro lado, los días de partido estoy en el terreno de juego y, si hay algún tipo de lesión durante el encuentro, decido si pueden seguir jugando o si es necesario que se retiren.

Foto: Hameight Communication

«Hago de fisioterapeuta en el SAXV Charente Rugby, en el que trabajo en la rehabilitación y el mantenimiento de los jugadores que tienen algún tipo de lesión y estoy en el terreno de juego los días de partido»

¿Cómo es tu relación con los deportistas?

Tanto ellos como yo formamos parte de un mismo equipo y compartimos objetivos: que puedan estar al 100 %. De hecho, mi experiencia ha sido siempre muy buena en todos los sitios en los que he trabajado. Aunque hay que saber separar las cosas, porque una cosa es el trabajo y otra, el resto; he hecho verdaderos amigos entre los deportistas que he tratado. Ahora que trabajo lejos de casa, son como mi familia y paso mucho tiempo libre con ellos.

¿Estás satisfecho de lo que has conseguido profesionalmente?

Mucho. Me gusta tanto lo que hago que cuando llego al trabajo por la mañana no tengo la sensación de trabajar. Siento que estoy con amigos. Además, con tan solo 27 años he tenido la oportunidad de formarme en equipos de alto nivel y esto es gracias a mi doble formación como preparador físico y fisioterapeuta. Esto, en mi profesión, está muy bien valorado.

«Con tan sólo 27 años he tenido la oportunidad de formarme en equipos de alto nivel y esto es gracias a mi doble formación como preparador físico y fisioterapeuta»

Foto: Hameight Communication

¿Cuál sería tu sueño u objetivo como fisioterapeuta?

Tengo claro que me gustaría volver a formar parte de un equipo de rugby que compita en el TOP 14, en la élite del rugby francés. Me gustaría poder viajar a las competiciones por Europa, África... Y si pudiera incorporarme a la selección francesa, mejor aún. No es un objetivo fácil, porque en toda Francia solo hay catorce clubs y eso significa que solo hay trabajo para una cincuentena de fisioterapeutas.

¿Y no te has planteado cambiar de deporte?

Sí, también me lo he planteado. Ahora soy joven y puedo llevar ese estilo de vida que me obliga a realizar muchos desplazamientos a un ritmo rápido. Lo que sí tengo claro es que querría mantenerme vinculado al deporte de alto nivel. Cuando no me vea con fuerzas de continuar con este ritmo, me gustaría formar parte de algún equipo de fisioterapeutas que trabaje en un centro de recuperación de deportistas lesionados. Esto me permitiría seguir vinculado al deporte de élite, pero haciendo un horario fijo.

Comparte: