Ariadna Seuba Sierra se graduó en Comunicación Audiovisual en la Universidad de Vic - Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC) y su primer film, Operació Globus, se ha emitido en el programa Sense Ficció de TV3 y se ha estrenado en el Festival Internacional de Documentales DocsBarcelona.
La productora y directora de Vic ha recuperado una aventura sucedida hace más de 40 años y la ha convertido en una historia actual. Jou Puigferrer, uno de los seis jóvenes que salió de Vic para dar la vuelta al mundo, se propone encontrar el camión Pegaso que tuvo que abandonar. Más allá del aliciente de saber si encontrará lo que busca, Ariadna Seuba entiende que es fácil conectar con esta historia porque «todos hemos tenido sueños».
También es codirectora del Festival Protesta, que se ha consolidado como una apuesta del cine de crítica social en Cataluña. Seuba cree que desde los privilegios de una sociedad acomodada, «el cine es una herramienta para empatizar con las personas que no tienen tanta suerte».
Tu primer documental se ha estrenado en TV3 y en el festival DocsBarcelona. ¿Como has recibido este éxito?
No sé si llamarlo éxito, en todo caso mucha satisfacción por haberlo terminado. Estuve muy contenta de que se pudiera estrenar en DocsBarcelona porque es un festival que nos sirvió de incubadora. Desde el principio nos apoyaron con el taller de desarrollo. Después nos seleccionaron para participar en las actividades de industria, nos dieron la oportunidad de participar en los rough cut screenings donde varios expertos te dan feedback del primer corte del documental y, finalmente, llegamos a la fase de competición. También me sentí muy privilegiada por la apuesta de la televisión pública como coproductora. Más que un éxito son como pequeñas victorias que saboreé mucho durante el camino con todo mi equipo, unas personas maravillosas. Tienes la satisfacción de ver que toda la energía y todas las horas han servido para aprender, disfrutar del proceso y tener un resultado que puedes compartir con la gente.
¿Por qué crees que ha gustado tanto el documental Operació Globus?
Pienso que es una historia que tiene diferentes elementos que a mí también me sedujeron y emocionaron. Era una generación que tenía muy presente el franquismo y tiene este punto de aventura de alguien que vive con un sueño que quiere cumplir. Todos hemos tenido sueños, más o menos extraños, más o menos aceptados por tu entorno. Y todo el mundo tiene un amigo soñador o un Don Quijote alrededor. Así que creo que es fácil sentir una conexión con esta idea que tiene Jou, el protagonista, de hacer una locura. Al final lo que buscas es ser feliz o, como en su caso, volver de alguna manera a un momento feliz de tu vida.
Te premiaron por la idea inicial y luego la crítica también ha valorado positivamente el producto final.
Sí, recuerdo que estaba viviendo en Amsterdam y me pasaron un enlace con la crítica de Mónica Planas. Al principio entré en calor, pero la verdad es que fue muy amable y se lo agradecí, porque valoró cosas a las que mucha gente no da tanta importancia. Por ejemplo, ella hablaba de la honestidad de la historia y defendía la grandeza de las historias pequeñas. Durante el proceso había gente que me decía que tenía que dar más caña al episodio que los protagonistas habían tenido con las drogas, o me decían que me centrara en cuando se enfadaron durante el viaje. Y esta no era la historia que yo quería contar. Creo que también valoró el hecho de que fuera una directora joven, ya que desgraciadamente a las mujeres nos es más complicado tener visibilidad. Supongo que me mencionaba como un caso que le gustaría ver más a menudo, que más mujeres jóvenes como yo dirijan documentales y estén en prime time en el Sense Ficció de TV3.
«El Protesta nace en un bar con unos amigos quejándose de cómo es posible que el mundo vaya por donde va y creyendo firmemente que hay mucha gente que piensa como nosotros y que no está todo perdido»
Tus proyectos tienen una vertiente muy social. ¿Te sientes más cómoda con historias reales que con las de ficción?
No, me gusta mucho escribir y muchas veces escribo temas de ficción. Aún no me he atrevido y me da respeto, pero no descarto la ficción. Sí que me gusta mucho el contacto con las historias reales, es decir, que tienen un punto de verdad que me fascina. Soy una cinéfila, me encanta ver películas y consumo tantas como puedo. Lo que no está hecho para mí es la ciencia-ficción, me cuesta entrar.
¿Qué ingredientes necesita una historia humana para convertirse en un buen documental?
Todas las historias humanas podrían ser un buen documental si se cuentan desde la verdad. Para mí quizás el elemento clave es la emoción, que te despierte algún tipo de sentimiento, bueno o malo. No debemos apelar siempre a la felicidad, sino que puede ser la tristeza, el dolor, la pérdida, cualquiera de las emociones humanas que al final son lo que nos unen.
¿Cómo surgió la idea de crear el Festival Protesta?
El Protesta nace en un bar con unos amigos quejándonos de cómo es posible que el mundo vaya por donde va y creyendo firmemente que hay mucha gente que piensa como nosotros y que no está todo perdido. Y de aquí sale la idea de crear un espacio donde pudiésemos recoger todas estas inquietudes e invitar a la gente a pensar o replantear cómo podríamos hacerlo mejor. En Vic y en Cataluña también hay muchos problemas sociales, pero vivimos una situación privilegiada. Tenemos un plato en la mesa, un techo, salud (recortada, pero salud pública), una educación digna. Y el cine es una herramienta para empatizar con las personas que no tienen esta suerte y para ser conscientes de que está en nuestras manos que esto cambie. Este proyecto pequeñito ha ido creciendo y hemos ido tocando diferentes líneas: apoyamos a los directores y directoras que hacen cine de denuncia, invitamos activistas para que den a conocer sus proyectos o iniciativas e intentamos presentar películas muy potentes de todo el mundo que expliquen realidades muy diversas. De hecho, una de las películas que estrenó el Protesta este año en España es For Sama, que está nominada a los Oscar, así que apostamos por cine de primerísima calidad. Estamos muy contentos porque estamos en un momento de consolidación en el que ya tenemos claro qué es el Protesta y ahora, aunque apostamos más por la calidad que por la cantidad, nos gustaría ver las salas cada vez más llenas y salir fuera la comarca de Osona. Este año ya hicimos actos en Girona, Barcelona, Manresa, Manlleu y Tona y queremos seguir creciendo.
Aparte del Protesta, ¿nos puedes adelantar algún proyecto que tengas entre manos?
Proyectos de futuro siempre los hay. Sólo yendo en bus de Vic a Barcelona te pueden venir quince ideas a la mente. Después tienen que ser factibles, debes tener tiempo y esto no pasa siempre. Estoy segura de que en los próximos meses iré definiendo algún tema porque tengo ganas de volver a dirigir un documental. Después de nueve años viviendo fuera, he vuelto a Cataluña y quiero estar por aquí. Ahora he empezado a colaborar con la productora Astronaut con la cual estoy trabajando para hacer un cortometraje de ficción, una serie documental, un programa de televisión y otros proyectos que esperamos que este año lleguen a buen puerto.
«La gracia es encontrar este equilibrio entre hacer cosas que no te llenan del todo para poder hacer otra que te apasiona»
¿Como recuerdas tu paso por la UVic como estudiante?
Tengo muy buen recuerdo de la vida universitaria. Tenemos la suerte de estar en un oficio que parece mentira que sea un trabajo. No piensas por horas como quizás lo harías en una fábrica. Cada vez te tienes que reinventar porque hay una parte creativa brutal, pero en cada proyecto tienes que empezar de cero. En la universidad me lo pasé muy bien y no recuerdo que tener que estudiar fuera una losa, porque había muchas prácticas en equipo. Sería ideal hacer un segundo grado, pero no hay tiempo, aunque tengo la carrera de antropología en la lista de pendientes. También recuerdo que empecé la universidad y al cabo de una semana ya trabajaba en un medio local. Era una buena combinación que me fue muy útil.
¿Qué consejo darías a los estudiantes que quieren dedicarse al mundo audiovisual?
Antes que nada, ilusión. Recuerdo la sensación de tener pánico a la hora de salir al mundo laboral porque nos repetían que era tan complicado encontrar trabajo. Y al final no ha sido así. Es un mundo difícil y competitivo, pero si tienes pasión por algo y te levantas cada mañana queriendo hacerla, es imposible que no la hagas. Quizá no tendrás la productora ideal o el equipo técnico de última generación del mercado, puede que no tengas la suerte que te nominen a los Oscar, pero si tú lo que quieres es hacer cine y lo persigues, es posible hacerlo. Y me hubiera gustado que me hubieran dicho esto y que no hay que ser el hijo de nadie. Así que el mejor consejo es que hagan lo que les apasione y les haga vibrar. Si no puedes llegar a fin de mes, ya encontrarás la manera de hacer un segundo trabajito para ir tirando. La gracia es encontrar este equilibrio en el que haces cosas que no te llenan del todo para poder hacer otra que te apasiona. Es como la vida misma, que no siempre toca comer pasteles de chocolate. A veces toca recoger la habitación o pasar la ITV, que a nadie le hace ilusión, pero hay que hacerlo.