Enric Clos Sansalvador es graduado en Fisioterapia por la Universidad de Vic - Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC), de la promoción de 2010. Doctor en Medicina e Investigación Translacional, cursó un máster de Fisioterapia en el Deporte y Recuperación en la Actividad Física y un máster en Investigación Translacional en Fisioterapia, ambos en las Escuelas Universitarias Gimbernat. Natural de Vic, empezó a trabajar como fisioterapeuta en el equipo de fútbol de la OAR de Vic y en la actualidad es uno de los cinco fisioterapeutas deportivos del primer equipo del Girona. Conversamos con él para recoger sus impresiones como estudiante de grado en la UVic y su experiencia como fisioterapeuta deportivo
¿En qué momento y por qué decidiste estudiar Fisioterapia?
Cuando era pequeño, mi pasión era el fútbol y el deporte, pese a haber sufrido varias lesiones. En ese momento, el fisioterapeuta de mi club, Jordi Valbuena, era quien me trataba y se convirtió en una fuente de inspiración para mí. Pese a que yo solo tenía diez años, me despertó el interés por el mundo de la fisioterapia deportiva y decidí que en el futuro quería ayudar a otros jóvenes futbolistas a evitar las lesiones que yo había sufrido. Así nació mi interés por la fisioterapia deportiva, que ha marcado el inicio de un camino que me ha llevado hasta aquí.
¿Crees que el trabajo de fisioterapeuta deportivo tiene la visibilidad que merece?
Es complejo. Pese a los recursos que se destinan a este ámbito, especialmente por parte de la Generalitat, la fisioterapia deportiva por la vía pública no está bien atendida. Las condiciones óptimas para los trabajadores y, por tanto, para los usuarios, a menudo brillan por su ausencia. La fisioterapia pública se centra principalmente en la traumatología y deja la parte deportiva prácticamente olvidada. Estas carencias en el ámbito público hacen que se acabe recurriendo a los recursos privados, y es aquí donde están los centros más potentes y los profesionales mejor formados.
«Pese a los recursos que se destinan a este ámbito, especialmente por parte de la Generalitat, la fisioterapia deportiva por la vía pública no está bien atendida»
¿Cómo recuerdas tu paso por la UVic y qué valoras más?
Destacaría la proximidad entre profesores y alumnos. El trato era muy personalizado y cercano, casi como en un instituto. Además, tengo un buen recuerdo de las personas que conocí en el grado. Éramos un grupo bastante numeroso en clase, pero nos llevábamos todos muy bien y, de hecho, con algunos todavía mantengo el contacto.
¿Cuál ha sido tu camino en el mundo de la fisioterapia deportiva?
En cuarto de carrera empecé como fisioterapeuta deportivo en el Juvenil A, del OAR Vic, apoyando al primer equipo que competía en Segunda Catalana. Una vez terminada la carrera, tuve la posibilidad de entrar en la Unión Deportiva de Vic y después de casi tres temporadas tuve que dejarlo a media temporada para centrarme en la tesis doctoral y en otras responsabilidades.
¿Y una vez iniciada la tesis doctoral?
Una vez completado el primer año de la tesis, volví al fútbol, primero, al Manlleu y, posteriormente, al Girona, con el Juvenil A. Entonces llegó la covid-19, que interrumpió la que era mi segunda temporada en este equipo. Pero cuando se pudo reanudar la competición me uní de nuevo al primer equipo del Girona, que entonces estaba en Segunda División. Llegamos al play-off de ascenso a Primera, pero lo perdimos contra el Elche, y con la no promoción bajé al filial para coordinar la parte médica del fútbol base. Después de una temporada en el filial, se me presentó la oportunidad de irme a los Emiratos Árabes. Fue una experiencia de contrastes y sólo estuve allí una temporada.
«El mundo del deporte de élite es muy volátil y me tocó experimentar cómo la vida puede cambiar de un día para otro»
¿Y entonces terminaste volviendo al Girona Fútbol Club?
La verdad es que el mundo del deporte de élite es muy volátil y me tocó experimentar cómo la vida puede cambiar de un día para otro. En cuanto volví de los Emiratos Árabes, tuve la oportunidad de reincorporarme al Girona, al primer equipo, y así ha sido hasta ahora.
¿Cuáles son las aptitudes esenciales necesarias para convertirse en el fisioterapeuta de un equipo de primera división?
Es necesario centrarse en lo que depende de ti, como tu actitud y tu trabajo. La clave es mostrar una buena actitud día tras día, entender el mundo del fútbol y ser humilde y constante. Así lo exige el deporte de élite.
¿Y las principales dificultades de ser el fisioterapeuta de este equipo?
En el mundo del deporte de élite, la exigencia es muchas veces autoimpuesta. Sin embargo, el Girona es un equipo con muy buena organización, un grupo de trabajo que está bien formado y es muy humano. Las situaciones se resuelven con diálogo y complementándonos los unos con los otros. En el equipo del Girona cuesta poco trabajar, hay buenos líderes y las cosas funcionan bien.
El hecho de estar en contacto constante con los jugadores del primer equipo del Girona te permitirá adoptar una rutina conjunta con ellos... ¿Cuál es?
Tenemos un vestuario con jugadores de muchos países, lo que implica diferentes formas de hacer, y personalidades y perfiles diversos. Es esencial comprender las necesidades individuales de cada jugador, teniendo en cuenta su contexto cultural, idioma y otros factores. Aunque los inicios fueron algo difíciles, con el tiempo se ha establecido una buena comprensión mutua y se gestionan los casos individualmente, de la mejor forma.
«El mejor recuerdo que guardo, sin lugar a dudas, es mi regreso al Girona el año pasado»
¿Qué es lo que más destacarías de tu trayectoria profesional como miembro de la plantilla del Girona?
Lo que más me sorprendió la primera vez que llegué al Girona fue la predisposición que tiene todo el mundo, dentro del equipo, de ayudar a los compañeros. Hay una cohesión sincera y de verdad. En un mundo con muchos egos, es complicado encontrar esta calidad humana en un equipo de trabajo. A mí, desde el primer momento me acogieron muy bien y siempre me he sentido como en casa.
Si tuvieras que dar algún consejo a los estudiantes del grado, sería…
Que tengan clara la dirección que desean tomar dentro de la fisioterapia, ya que hay muchas especialidades. Es importante escoger tu propio camino y formarte en el ámbito de la fisioterapia que te gusta. También les diría que la actitud que se tiene en la vida diaria es relevante porque más allá de los conocimientos técnicos, tener una actitud positiva y empática con los pacientes es un requisito esencial para ser un buen profesional.
¿Hay alguna anécdota laboral que te haya marcado o que recuerdes con especial cariño?
El mejor recuerdo que guardo, sin lugar a dudas, es mi regreso al Girona el año pasado. Volver a formar parte de este gran equipo humano ha sido una de las experiencias laborales que más feliz me ha hecho.